Una vez endurecida la resina en el interior, el casco ya tiene la rigidez necesaria para moverlo sin problemas, así que ya se le puede dar la vuelta.
El hueco que queda en la unión de los paneles se puede solucionar de dos maneras, cepillando y lijando hasta redondear la unión, o rellenando el hueco con masilla.
Aristas redondeadas
La primera opción es la más sencilla y posiblemente la mejor. Aunque en un principio, parezca mala idea lijar através de la chapa exterior y dejar el núcleo del contrachapado al descubierto. Es algo que no queda estéticamente mal.
Aristas vivas
Si se opta por rellenar con masilla, se obtienen unas aristas más vivas.
Se prepara una masilla a base de epoxi, sílice coloidal, y tinte, buscando un color oscuro, que combine con la madera.
Utilizando una manga pastelera, se aplica un cordón en los pantoques y la quilla.
Una vez duro ese cordón, se cepilla y lija para enrasar; con cuidado de no lijar a través de la chapa exterior del contrachapado.
Roda y codaste
La roda y el codaste se pueden reforzar con un listón de madera de haya, para ello se cepillan para dejar plana la unión de las chapas
Esto permite pegar el listón, que refuerza y embellece esas zonas tan expuestas a los golpes. Se puede utilizar epoxi, pero es más práctico usar cola blanca, que endurece en una hora, y es más cómoda de aplicar.
Una vez seca la cola, se cepilla y lija el listón
Laminado
La madera ya no es porosa porque se había imprimado. Así que para que adhiera bien la resina, hay que lijar suavemente con lija de grano 80 o 120.
Ya se puede enfibrar el exterior.
Cuando la resina deje de estar pegajosa, pero antes de que endurezca del todo, se corta la tela que sobra con un cutter bien afilado.
Ahora se da la vuelta al casco, que ya es muy sólido, y con un golpe seco se van quitando todos los mamparos, y se puede enfibrar lo que queda del interior del casco.