Se prepara una masilla de consistencia espesa, como de nocilla. Mezclando por este orden: epoxi con el endurecedor, microesferas y finalmente tinte, este último es optativo.
Con mangas pasteleras desechables o bolsas de plástico resistentes como las usadas para congelación, se aplica la masilla en el interior de los pantoques y de la quilla. Y se repasa con espátulas de plástico.
Como se ha dejado puestas algunas cuadernas, hay que dejar sin enfibrar unas bandas de un palmo de ancho, que se terminarán más tarde. En la foto se ve la cola térmica que sujeta temporalmente la cuaderna.
Mientras endurece el casco, se puede enfibrar la parte inferior de las piezas planas de la cubierta, es decir, las dos que forman la cubierta de popa y la de la punta de proa.
Justo cuando la resina deje de estar pegajosa al tacto, sin esperar a que endurezca del todo, se recortan los flecos con una cuchilla bién afilada.