Algunas veces los accidentes ocurren.
En este caso, la pala no se rompió por el uso, sino que su dueño tropezó y se cayó encima con todo su peso.
Sin embargo esta pala no ha muerto, puesto que es muy fácil de reparar y con un pequeño aumento de peso puede quedar más resistente que antes del accidente. Esto se consigue laminando unos refuerzos de madera dura en cada cara de la pértiga partida.
El primer paso es cepillar la pértiga quitando 6 o 7 mm arriba y abajo.
Hay que adentrarse cepillando en cada hoja 20 cm
Después se pega un listón de madera dura tipo roble, haya, fresno, sapeli o teca.
Este listón tiene de espesor 6 o 7 mm, lo mismo que se haya cepillado de la pala.
Se pega cuidando que esté bien alineada, primero un lado y después el otro.
Ahora a cepillar y lijar